(Impresiones de lecturas de Silvio Reyes y Erick Elizalde, dos escritores jóvenes de Machala)
James Martínez Torres.
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Erick Elizade G. |
No tienen nada que ver con el Parnaso machaleño: ni la influencia de la cursilería romántica y facilona, ni la elocuencia liberal. Son batracios si los buscan pero tienen sus lecturas, su misterio. Patean al mundo entre el juicio que la madurez modera y el silencio a corta o prudencial distancia. Hijos de la otra mujer de KFC (atribución o metáfora necesaria para designar su margen ), son de la calle a mucha honra y criados a pedradas suburbanas.
Si buscas postales de turismo en la ciudad regenerada, no les preguntas dónde, no te metas con ellos
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Silvio Reyes Heras. |
Son perros voraces para ver la vida, leen mucho pero saben lo aprendido (de Bukowski a Pedro Gil, pasando por Jean Genet), en la calle en la cantina, golpe a golpe. Tienen una mirada beat –inconforme pero bárbara- para el mundo, realismo grotesco y adjetivo vivo (a veces Elizalde se excede en salpicar con mierda el mundo). Solo les falta un toque “literario”, un predicado menos, la economía del silencio.
3
No busques en sus relatos y poemas consuelo ni armonía. SI quieres algo así vete a Disneylandia y la que cruza.
Mejor es el verso con la dificultad que desconsuela (para las almas recatadas), y que nos mueve el escenario diario. Aquí dudamos de la miel escrita y le caemos a palos al panal. Si los lees necesitas complicidad o gran renuncia. ¡Sopla que te pican las abejas!