viernes, 6 de septiembre de 2013

“Él” persona y personaje

Prólogo a Suburbio de Perros y Lobos,
de Silvio Reyes Heras.


Conocí a Silvio a fines del 2009, en las oficinas del quincenario de un amigo. Era el conserje. No recuerdo detalles del encuentro, sólo que al finalizar una jornada me entregó cinco, ocho quizá, hojas grandes de cuaderno. Quería mi opinión. Se trataba de dos o tres poemas que hablaban de la Patria, de América Latina, de la soledad… No recuerdo lo que dije, pero sí recuerdo que varias veces conversamos sobre libros que había leído o que sería bueno que lea, ocasiones en las que me presentaría más poemas, escritos a mano y con tinta roja, como los primeros.

Recuerdo que le pedí a mi amigo que le dé acceso a una computadora, que le dé espacio y tiempo para que aprenda a manejarla. Yo era el editor del quincenario y esperaba en algún momento incorporarlo a la redacción. Le ayudé a sacar su correo electrónico y, recuerda ahora él, le tomé fotos y le ayudé a sacar una cuenta en hi5.

Un día le dije que sus poemas eran muy largos y que siempre estaban contando algo, que probara con la narración.

“Yo no tengo tanta imaginación. No tengo mucha fantasía. Yo sólo escribo lo que siento, lo que veo”, dijo.

En anteriores proyectos de talleres literarios, ejecutados en algunos centros educativos, había iniciado la redacción de cuentos a partir de narraciones de películas vistas, de sueños, de una breve descripción de algún familiar; no hacía mucho había terminado una serie de reportajes a partir de testimonios de personas sencillas. Seguro de que todo el mundo tiene algo qué decir, le sugerí que empiece contando algo de sí. Muchos aportes a la literatura fueron dados desde el testimonio, todos tenemos algo qué decir desde ese territorio.

Y luego perdimos contacto. A fines del 2010 recibí un e-mail diciéndome que ya, que estaba lista, que no sabía si era una novela o un grupo de relatos, que quería mi opinión, que me enviaba un documento adjunto. Se trataba de Suburbio de Perros y Lobos. El texto ha sido leído luego dentro del Taller de Literatura del Departamento de Cultura y Arte de la Universidad Técnica de Machala, que funciona desde noviembre del 2012. El Taller es un espacio de análisis y procura promover y estimular la creación y la investigación sobre las diversas manifestaciones literarias, como parte del patrimonio cultural tangible e intangible, que ayudan a configurar la identidad nacional, pluricultural y multiétnica. De manera indirecta el resultado del trabajo de Taller permite la visibilización de ciertos sectores de la población.

Suburbio de Perros y Lobos es un retrato de la ciudad que vivimos pero que no alcanzamos a ver. Silvio, el personaje, desde la perspectiva del niño migrante, desarraigado, nos muestra la ciudad dividida en planos donde convive de manera paralela el inframundo, un mundo bizarro que se activa o aflora a quienes lo han perdido todo, o a quien lo busca y decide rendirle culto. Sus adoradores son los “regalados” y los sacerdotes los “brujos”, los únicos seres capaces de mantener contacto con ambos mundos, sin perderse, y con la autoridad de semidioses capaces de imponer respeto en el infierno terrenal de ciertas zonas del suburbio.

En este punto es importante volver a discutir la necesaria separación entre el autor de la obra y el personaje, sobre todo cuando con valentía se sigue la tradición radical de las obras ambiciosas que marcan un rumbo, de decirlo todo no sólo desde el yo narrador sino del nombre de pila del autor que es también el personaje. Obras ambiciosas en las que se ubican trabajos de Franz Kafka con su tímido “el joven K,” incluyendo a Truman Capote y a Henry Miller, el más avezado en este tipo de proyectos literarios que procura borrar las diferencias que puedan haber entre él como persona-autor y él como personaje-testigo de sus propios textos. Y este punto de vista no es privativo de la narrativa sino que también lo ha asumido la poesía, recordemos a César Vallejo contándonos en Piedra Blanca Sobre Piedra Negra que “César Vallejo ha muerto”.

Del encriptamiento de personajes o las alegorías que han sublimado algunos autores, hasta la provocación del escándalo por la mención de la verdad, sólo hay un velo que apenas permite diferenciar la imprecisa frontera entre la ficción y el testimonio. El invisible velo que cubre la imagen del sueño en el que se está soñando, y del cual despertamos para darnos cuenta que estamos en otro sueño, que no cesa ni abriendo los ojos.

Esa frontera, ese velo invisible, es necesario recordarlo siempre aunque no podamos reconocerlo y a veces no nos permita diferenciar entre ficción o realidad. ¿Por qué razón? Para tener la esperanza de que la pesadilla, aunque dolorosa y terrible, llega un momento en que termina. Para poder disfrutar la lectura, para sentirnos más humanos desterrando la compasión y darle paso a la empatía.
“Suburbio...” es más que una colección de anécdotas en el inframundo. Maltrato infantil, abandono, drogas, violencia, la ley del más fuerte, son historias que cada día nos vende la prensa. “Suburbio...” no es una obra erudita, pero aquí encontramos una rica cantera para quienes buscan nuevos elementos de análisis del arte, o en este caso de la literatura, a partir de presupuestos de la sociología, la psicología, la lingüística, el derecho, la animación a la lectura o a la escritura de textos literarios, etc. Es también un inventario de voces, modismos, arcaísmo y jergas que no es nuevo pero que tiene el mérito de ser un registro de esta sociedad, en esta época; es una galería de retratos que cambian sus rasgos según acontece la vida. Encontramos alusiones extratextuales con la divina comedia, con las angustia existencia de Harry Haller (el personaje de El Lobo Estepario de Herman Hesse), con Peter Pan (“El líder de los Niños Perdidos” de James Matthew Barrie) y muchos más, algunos como referencia cultural massmediática antes que de consumo directo; queda tarea para el lector descubrirlo y aceptar que se trata de un trabajo ejecutado con una sensibilidad inteligente, con una fuerza poderosa, hipnóptica, de la que sólo nos libramos cuando se termina el libro o decidimos abandonarlo porque, asqueados de todo lo que creíamos saber, decidimos abrazar la mentira para no sucumbir.
“Suburbio…” transcurre en una sociedad distópica revelada, no creada en un laboratorio de ideas filosófica o literarias para exponer un punto de vista: Es la misma ciudad, con sus monumentos y suburbios, pero con otras referencias de valores. Aquí el protagonista al principio es sólo un producto de la compleja trama social, cultural o económica en la que nació y le toca desenvolverse, hasta que inicia una lucha radical consigo mismo, en la memoria, para volver al inicio, donde la historia tomó el rumbo, si no equivocado, al menos doloroso. La imagen de Jesús volviendo hasta la cruz para cumplir la profecía, en la película La Última Tentación de Cristo” de Nikos Kazanztakis, para dar sentido entonces a la utopía.
Estamos muy cerca todavía, pero creo que es posible hablar de una nueva posición filosófica que podría superar el existencialismo decadente, desencantado y autodestructivo, porque aquí la decadencia es superada con un sueño, con la noción de un amor mucho más grande, inexplorado e innecesario en las sociedades decadentes: El Amor Propio.
Que el conflicto lo busquen quienes aún no se dan cuenta que sólo somos lo que perseguimos.

Jotaprócel.

Jotaprócel con James Martínez y Silvio Reyes Heras
Profesor de Literatura
www.lafamiliasecreta.blogspot.com
www.eljardindelaiguana.blogspot.com
www.jotaprocel.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejar tu comentario. No dudes si quieres colaborar o ponerte en contacto con jotaprócel: jotaprocel@hotmail.com